Cuando hablamos de “limpiar” una piedra natural o cristal, queremos ir mucho más allá de quitarles el polvo, hablamos de eliminar las energías negativas que puedan traer impregnadas, ya que no sabemos qué vibraciones pudieron absorber antes de llegar a nuestras manos, y de liberarlo de las energías que van acumulando con el tiempo y su uso.
Desde la antigüedad los cristales han sido venerados por su belleza y su poder en todas partes del mundo y en diferentes culturas. Eran, y son, un talismán contra el daño o una forma de protegerse de la energía negativa y atraer la positiva. Lo bueno de las piedras naturales es que su energía es indiscriminada, así que, tanto si crees en ella como si no, se va a manifestar de la misma manera.
Principalmente en el momento de comprarlos, para eliminar cualquier energía ajena que puedan portar. Después, cuando veas que han perdido su brillo y tengas la sensación de que estén apagados, opacos. También puedes fijarte si te sientes incómoda cada vez que los utilizas al trabajar con ellos, como si notaras una sensación de pesadez, entonces, es el momento de limpiarlos.
Hay varios métodos, ninguno es mejor que otro, sólo debes dejarte guiar por tu intuición y adoptar el que sientas que es más apropiado para tí. Pero sí hay que tener en cuenta que algunos cristales no deben permanecer mucho tiempo sumergidos en agua, y hay otros a los que la luz del sol durante un largo período les daña. Aquí te dejo algunos de los métodos más comunes para limpiar tus cristales:
Lo ideal es usar agua que fluya, como un arroyo, manantial o río, pero también puedes limpiar tus gemas bajo el grifo de casa, dejando correr el agua unos momentos. Luego déjalos secar al aire.
Para usar este método hay que tener muy claro si el cristal puede ser sumergido en agua. La mayoría de los minerales lo son, pero asegúrate de que el tuyo no sea porosos, ya que se podría disolver. Y, sobre todo, no usar nunca agua caliente porque puede provocar que las piedras se agrieten.
El agua de lluvia es genial para limpiar tus cristales y una bonita alternativa al grifo de agua corriente. Recoge el agua de la lluvia y sumerge durante unas horas tus piedras. (recuerda asegurarte de que tu cristal no sea poroso)
La limpieza con humo de incienso consiste en pasar tu cristal por el humo de una barrita o cono de incienso. El incienso más apropiado es el de Palo Santo, ya que además de limpiar va a proteger el cristal, pero puedes elegir el incienso que más te guste. También puedes usar el humo de un sahumerio, que es un manojo de plantas atadas, en este caso te recomiendo el de salvia blanca, pero igual puedes elegir el de tu preferencia.
La sal marina es una excelente opción para limpiar tus piedras y minerales, que ayudará a liberar las energías negativas que haya podido absorber antes de llegar a tus manos. Si tu piedra no presenta ninguna grieta, ponla a remojo con agua y sal durante toda la noche, y si hay luna creciente o llena, mejor que mejor.
También puedes limpiar tu cristal con otras piedras como el cuarzo transparente o la amatista, que tienen propiedades beneficiosas para purificar otras piedras. Para ello, colócala en el mismo recipiente, de cristal, madera o cerámica, nunca de plástico, y, simplemente, haz que entren en contacto.
Una vez limpio tu cristal es necesario que lo cargues con tu propia energía, esto hará que establezcas una conexión más profunda con él. Al igual que para limpiarlos, hay varios métodos para esto, aquí te dejo algunos, elige el o los que más te resuenen.
La mejor forma de cargar nuestras piedras es cogerlas con las manos mientras piensas que propósito le quieres asignar. Si aún no has definido un propósito claro, piensa en los beneficios que vas a recibir de ella. Esto la hará tuya.
Una de las maneras más habituales de cargar las piedras es a la luz de la Luna llena o del Sol. Esto depende de cada cristal y de la energía que más conecte contigo. Algunas personas las cargan con ambas energías para lograr un equilibrio. Es algo que queda a tu libre albedrío y a tu intuición.
Si tu opción es cargarlo al Sol, se coloca la piedra una o dos horas en el horario de mañana, cuando los rayos no son tan fuertes. Si se opta por la carga con la Luna llena, se dejan los cristales toda la noche expuestos a la luz de la luna y se retiran antes de la salida del Sol. Lo mejor, siempre, es dejarlos sobre la tierra, puedes utilizar la tierra de tu jardín o una maceta.
Si tienes dudas sobre si exponer tu piedra a la luz solar, mejor exponla a la luz lunar que es más suave y no dañará su brillo o color.
En ambos casos el cielo puede estar nublado, no te preocupes, la energía está igual y las piedras se cargarán de la misma manera.
Las piedras más pequeñas se pueden cargar energéticamente situándolas dentro de geodas o encima de drusas de cuarzo blanco o amatista durante varias horas.
Este método consiste en enterrar tus piedras en una maceta o en el jardín de casa, durante la Luna Menguante, al menos, durante 24 horas.
Con este método recargamos el cristal gracias a las vibraciones de un cuenco que, al golpearlo, resuena sobre el mineral. También puedes usar un gong, una campana o un diapasón.
Se dice, que si en algún momento una de nuestras piedras se rompe es que ha terminado su propósito o te ha protegido de algo. Cuando esto suceda no la tires a la basura, devuélvela a la tierra enterrándola en algún lugar y agradece que haya cumplido su misión contigo. Alguien la encontrará y empezará su ciclo de nuevo.
Recuerda que una vez limpies y cargues tus piedras nadie más debería tocarlas.
La información es muy completa y valiosa, me ha ayudado mucho en la limpieza de mis piedras.
Gracias a Tesoros de Belén.
Gracias a ti, Lucía, un placer haberte servido de ayuda.